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Posts Tagged ‘Village Recoleta’

Publicado en el portal Reporter del Espectáculo, el pasado 23 de julio de 2011

 

 

 

 

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Publicado en la edición del sábado 23 de julio de 2011, del semanario Perfil

 

 

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Publicado en el portal de la Universidad de Buenos Aires (UBA) el pasado 25 de julio de 2011

 

 

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El lunes 18 de julio se realizó la inauguración oficial de las salas Village de Recoleta. Luego de un prolongado período de cierre, el complejo que convocó multitudes desde finales de la década del noventa reabrió nuevamente diez salas del subsuelo con una variada oferta cinematográfica. Si bien el hecho es auspicioso, surge como un símbolo para recordarnos la desaparición de todo un circuito de exhibición cinematográfico, hoy –en la mayoría de los casos–, definitivamente perdido. El corredor de exhibición que se extendía sobre Santa Fe y Callao ha cerrado la última de sus salas, el Atlas Santa Fe, hace aproximadamente un mes, mientras el Atlas Recoleta sólo exhibe en forma esporádica y tanto el Patio Bullrich como el complejo reinaugurado tienen menos salas que diez años atrás. Esto indica no sólo la merma de espacios para disfrutar del cine en sala, sino también de la diversidad de la oferta porque la cinematografía nacional y la que “no es Hollywood” tienen menos pantallas para llegar al público en óptimas condiciones de exhibición.

El problema no puede analizarse desde un solo ángulo. Múltiples motivos producen que en una ciudad y un país que se han caracterizado por ser centros cinematográficos hayan padecido una caída en su cantidad de salas y en la diversidad de obras en exhibición. Sin duda que el que más del 50% de la población viva en situación de pobreza –según lo indican consultoras afines al Gobierno nacional– no es un dato menor para concluir que muy poca población tiene remanente para el ocio creativo y que la concurrencia al cine no está dentro de los hábitos a los que pueda aspirar.

Además de esta dramática situación socioeconómica, la reproducción hogareña de las obras audiovisuales también contribuye a que el sector con volumen de ingresos para pagar el precio de la entrada prefiera sustituir el hábito social de ver una película en sala por la solitaria reproducción de las obras de interés. Creo que un país que por mandato constitucional fomenta la producción cinematográfica y debe preservar “los espacios audiovisuales” tiene que proponerse una política activa para fomentar el regreso de los espectadores a las salas de cine y educar a través de los múltiples medios con los que cuenta el Estado para formar público crítico, con interés por ver un material diverso. Hay que asumir que la legislación vigente para el fomento cinematográfico es vetusta porque es predigital y sancionada para un sistema de producción, distribución y exhibición de cine que ya no existe. Por consiguiente, la herramienta básica para enfrentar el problema está obsoleta y hay que reemplazarla. La reglamentación de la cuota de pantalla para el cine argentino no resultó idónea para que las obras de nuestros cineastas lograran mayor volumen de espectadores y tampoco se encontraron los mecanismos eficaces para control de su cumplimiento. La sanción de una ley que contemple el fenómeno desde los parámetros del siglo XXI es una discusión que nos debemos si pensamos que la exhibición en sala debe seguir siendo una forma posible de hábito cultural. También, si tenemos la convicción de que la defensa de nuestras propias imágenes es la forma más contemporánea para defender la pluralidad de nuestra cultura y conectarnos con el mundo.

Publicado en la edición del sábado 23 de julio de 2011, en el semanario Perfil

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