Feeds:
Entradas
Comentarios

Posts Tagged ‘Diario Z’

Publicado en la edición gráfica del semanario Diario Z, el jueves 17-03-2011

Read Full Post »

Read Full Post »

Les comparto la siguiente columna de opinión que escribí para el Diario Z en relación a la situación de muchos miembros del Cuerpo Estable de Bailarines del  Teatro Colón.

Desde la transferencia del sistema previsional de la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires al sistema nacional del ANSES, ordenado por el ex- Presidente Carlos Menem en 1994, el régimen diferencial del que gozaban los integrantes del Ballet del Teatro Colón quedó sin efecto y en 1996 fue suspendido por el Concejo Deliberante que lo había sancionado, a la espera de que el Congreso Nacional dictara la norma que la nueva ley jubilatoria le impone.

Transcurridos catorce años nunca se logró que esa ley se dictara ni ningún bailarín pudo obtener el beneficio jubilatorio, dado el desinterés de las autoridades que se sucedieron en sancionar una norma que regulara el régimen diferencial que la actividad requiere. Esto se sumó a la cada vez más deteriorada situación de la compañía, sometida entre otras calamidades a pagos de salario en negro, omisión de concursos para la carrera, congelamiento de hecho de vacantes y diversas situaciones intolerables en cualquier relación laboral, sea pública o privada.

Además, se redujeron paulatinamente la cantidad de funciones que cualquier organismo de igual dimensión y calidad requieren para cumplir con la misión para la cual han sido creadas y el Estado las sostiene. Esta situación se agudizó con el cierre del teatro, que les quitó sede y lugar digno para realizar ensayos, entrenamiento y funciones.

Poco antes de la terminación del año y sin previo aviso, más de la mitad de los bailarines recibieron una intimación a iniciar los trámites jubilatorios, sin reunir ninguno de los requisitos que la ley general determina ni haberse dictado un nuevo régimen diferencial que los proteja y les asegure un haber digno. Si bien las intimaciones han sido suspendidas precautoriamente por la Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no ha dejado sin efecto una medida sin fundamento, que genera más desaliento a quienes luego de esforzados estudios y concursos de ingreso, deben desarrollar una profesión artística de compromiso y riesgo.

Si un Estado adopta la decisión política de sostener un cuerpo artístico porque considera que es socialmente útil que se desarrolle un arte de alta complejidad, debe acompañar esa decisión con el otorgamiento de los medios materiales y los sistemas administrativos adecuados. Los integrantes de un cuerpo estable forman parte del patrimonio cultural viviente de una comunidad y deben ser cuidados porque son quienes garantizan la continuidad de una disciplina, la memoria muscular y sensible de un repertorio, la posibilidad de su continuidad temporal y de cumplimiento con la función social que el arte tiene en una sociedad democrática: promover el bienestar general.

Para que esto suceda deben adoptarse los reglamentos de trabajo y los sistemas previsionales que garanticen la adecuada contraprestación de tan particular tarea. El olvido de regular equitativamente un cuerpo artístico capaz de interpretar las obras más complejas del repertorio y que en las últimas décadas formó a algunos de los bailarines más importantes de la danza internacional, resulta injustificable para un Estado que tanto en la Constitución Nacional como en la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha asumido la responsabilidad de promover y preservar sus bienes culturales, que no son sólo edificios y obras materiales sino también personas que merecen el buen trato de quienes gobiernan.

Tal vez las acertadas y múltiples decisiones judiciales conduzcan a las autoridades a rectificar el error de intimar a jubilarse a quienes carecen de un régimen específico y no cumplen los requisitos del régimen general. Esta decisión resultaría muy acertada porque en este transcurso los integrantes de la compañía no duermen el sueño plácido y esperanzado de la “bella durmiente”, sino una amenazadora y evitable pesadilla.

Read Full Post »