Las campañas electorales suelen apelar a aseveraciones publicitarias que encierran, en algunos casos, errores de concepto o consignas fácilmente refutables con hechos del pasado reciente. La actual campaña a Jefe de Gobierno dela Ciudad Autónoma de Buenos Aires no escapa a ambos defectos.
En el caso del Frente para la Victoria, el principal lema que quiere comunicarse es “la Nación junto a la ciudad”. Esta afirmación -de contenido semántico ambiguo- es acompañada por la foto de la Presidenta Kirchner y su candidato Daniel Filmus (si bien admite también otras variantes visuales).
Ahora bien: ¿existe alguna otra posibilidad de quela Naciónno esté “junto” a la ciudad? Para nuestro sistema federal descripto enla Constitución, no. La secesión –independencia de un territorio local- no es posible y entre Nación y Ciudad Autónoma hay relaciones de coordinación, sin perjuicio de las afinidades políticas de sus gobernantes. Más aún, la autonomía dela Ciudad y la elección de su Jefe de Gobierno fue un reclamo histórico de los porteños que recién pudo plasmarse enla Constituciónde 1994. Precisamente, tendía a que los habitantes de la ciudad tuvieran el mismo derecho que quienes habitan en cualquier otra provincia o municipio del país de elegir sus propios gobernantes, con independencia de gobierno federal.
A este error conceptual, su suma otro dato de la historia reciente. En el segundo año del gobierno del ex Presidente Néstor Kirchner, cuando Aníbal Ibarra gobernaba la ciudad en su segundo mandato luego de haber sido el candidato del kirchnerismo, se produjo el hecho más doloroso dela Argentinadel siglo XXI: la tragedia de Cromagnon que provocó la muerte de casi doscientas personas. Allí no sólo falló el sistema de control local de los espacios habilitados al público, sino también la acción dela Policíay Bomberos que dependen del gobierno federal. La empatía política entre ambos gobiernos no salvó las fallas de sus organismos que fueron causa eficiente de la tragedia.
Es cierto que este núcleo de la campaña del kirchenerismo en la ciudad se funda en las quejas constantes del actual Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, sobre los ataques del gobierno federal a su gestión y la frustración de muchas de sus promesas electorales por ausencia de colaboración o abierta confrontación, afirmación también falaz porque la habilidad de la política es superar las situaciones desventajosas y lograr objetivos por caminos no previstos en un inicio. No obstante, me parece grave que se proponga a la sociedad como consigna que la única forma de estar “juntos” es la coincidencia y subordinación de la autoridad local a la federal.
Es grave porque es contraria a la práctica democrática de cualquier estado social de derecho contemporáneo. Sin recurrir a ejemplos lejanos geográfica y culturalmente, Montevideo tuvo brillantes gestiones municipales del Frente Amplio bajo gobiernos nacionales de otro signo político. La co-habitación fue tan respetuosa y civilizada que hasta en los comicios donde triunfaba el Partido Colorado en la elección nacional y el Frente Amplio en Montevideo, la ciudad albergó los dos festejos en barrios diversos sin incidente alguno.
La gobernabilidad democrática alberga necesariamente la pluralidad de gobiernos y de ideas, de lo contrario, el pueblo deviene en la única víctima de la ausencia de compromiso social y convicción democrática de sus gobernantes.
Publicado en Clarín, el pasado martes 05 de julio de 2011.